Cuando nos damos cuenta que estamos comiendo más de lo común, o no hay una conexión entre el hambre y el deseo de comer, probablemente estamos comiendo por ansiedad. Ya que la comida deja su rol nutritivo, sino más bien toma prevalencia el placer que nos da comer.
Cuando estamos ansiosos, es nuestro cuerpo dando una señal de que hay algo en nuestra vida o en nuestra forma de ser que nos tiene inconforme. La ansiedad por comer es una búsqueda de sentir placer, un placer que no estamos recibiendo en el lugar indicado. Por lo que la ansiedad por comer es una señal de que algo no está andando bien. Algo necesitamos cambiar. Mientras no seamos capaces de identificar qué es eso que necesitamos modificar, continuaremos sintiendo que la comida nos ayudará.
Podemos pasar del sofá a la cocina, del escritorio a la cocina, para ir picando un poco de queso, luego chocolate, tal vez pan. Buscar en los armarios para encontrar algo que nos apetezca. Abrir la nevera y quedarse observando todo lo que hay en ella. Pero esta búsqueda será eterna, ya que obviamente en la cocina no encontraremos lo que realmente estamos buscamos.
El problema es que, cómo la comida nos da micro momentos de tranquilidad, no podremos escuchar el real mensaje que nos está enviando nuestro cuerpo y nuestra mente.
Cuando estamos ansiosos por la comida, podemos pasar el día completo buscando algo que logre satisfacer nuestro estómago. Pensando que hay algo afuera que pueda ayudarnos a sentirnos mejor. Pero lo que nuestro cuerpo necesita, es poder satisfacer necesidades más profundas.
Como por ejemplo, cambiarnos de empleo ya que el empleo que tenemos no nos estimula, o buscar ayuda en la pareja ya que estamos teniendo problemas de comunicación, o iniciar una terapia psicológica ya que aún no hemos podido superar el duelo de una pérdida.
Obviamente, estas necesidades son más difícil de resolver. Mientras que el chocolate, está en el velador.
También nos puede pasar, que no somos consciente de qué es lo que nos tiene insatisfechos. Pero en la medida que avanza el día, no nos sentimos a gusto. Y comienza la búsqueda. Pero es la búsqueda equivocada, ya que por grande que sea el pan, no lograremos sentirnos satisfechos.
Resulta necesario detenerse, y mirar, detenerse y preguntarse: ¿Qué es lo que estoy realmente necesitando? ¿Qué es lo que estoy necesitando? ¿Qué me falta? ¿Qué quiero?
Pero si no contamos con las herramientas para responder esas profundas preguntas, nos quedaremos entrampados entre la nevera y el sofá. Y la balanza seguirá aumentando.
Estas preguntas que proponemos, nos pueden ayudar a identificar lo que nos tiene inconforme y de qué manera esa inconformidad nos genera ansiedad.
La ansiedad por comer corresponde a un hambre emocional, que debemos prestar atención.
¿Cuáles son las principales causas de la ansiedad por comer?
Baja autoestima o mala relación con nosotros mismos
Es muy común que las personas que tengan ansiedad por la comida, tengan una mala relación con ellos mismos. Tienen una mala imagen de ellos mismos, donde se critican constantemente. E intentan ser de un modo distinto del que son.
Es positivo querer ser mejor persona, e ir buscando pequeños cambios para ser y estar mejor. Pero cuando queremos cambiar todo de nosotros mismos, es muy cansador y malo para nuestra salud mental.
Si la persona está constantemente haciendo críticas de cómo es, es probable que no quiera estar a solas con ella misma. Por lo que la comida se vuelve una compañía, y así evita escuchar la crítica.
Estar expuesto a altos niveles de estrés
La vida cotidiana tiene muchas cosas que nos estresan, el trabajo, la vida familiar, el cuidado de los niños etc. Cuando estos factores aumentan, es común que las personas busquen en la comida un espacio de relajo y placer. Ya que la vida cotidiana, y el estrés que conlleva, tiene pocos momentos de descanso.
Así también el estrés en sí mismo, genera ansiedad. Al no tener espacios de descanso o cuidado, es difícil mantener un equilibrio entre el cuerpo y la mente. Un cuerpo y mente desequilibrado, tiende a buscar auxilio en otros lugares, como podría ser la comida.
Problemas de sueño
Las personas que tienen dificultades para dormir, ya sea porque les cuesta quedarse dormidos, o porque se despiertan muy temprano, es común que el sensor del apetito se vea alterado. Por lo que podría afectar en un deseo de comer más.
También el mal dormir, afecta directamente en nuestro estado de ánimo. Las personas que duermen mal, se sienten más deprimidos y/o ansiosos. Por lo que estos dos elementos juntos (aumento del apetito y mayor ansiedad) es una mezcla perfecto para tener ansiedad por la comida.
Problemas de pareja o de relación
Tener problemas de parejas, puede ser muy devastador, y puede afectar en todas nuestras áreas. Debido a que nuestra pareja y nuestra relación es algo fundamental en nuestra vida cotidiana, si estamos teniendo problemas en ella, es muy natural sentirse angustiado. Si algo anda mal en la pareja, es común que busquemos consuelo en la comida.
Estar viviendo un duelo
Un duelo por una pérdida real, o por una enfermedad o una separación, puede generar mucha angustia y ansiedad. Para tener la capacidad de enfrentar la tristeza que genera una pérdida, es necesario estar muy bien acompañados y contenidos por seres queridos. Si no es así, la comida puede ser una gran compañera.
Esto es solo para dar un ejemplo de que son muchos los factores externos de nuestras vidas que nos pueden estar generando ansiedad. Claramente, no todas las personas ansiosas, utilizan la comida para sentirse mejor, no obstante varias personas sienten un consuelo y una calma en la comida.
Ahora que ya sabemos que la comida no cambiará nuestro estado, y no nos ayudará en sentirnos realmente mejor, puede ser que te entusiasmes a buscar otras vías para calmar la ansiedad.